Según la consultora internacional OLIVIA, ‘la experiencia de la pandemia puede ser el motor para acelerar la cultura inclusiva en las empresas’. Los expertos indican que si aprovechamos esta oportunidad positiva que nos brinda algo negativo como el Covid-19, las empresas abrirán las puertas a la diversidad y lograrán reparar, en parte, el daño que la pandemia ocasionó en muchos grupos desfavorecidos, entre ellos, las personas con discapacidad.
Como analogía, hace más de una década en la película Avatar el director James Cameron reflejó el valor de la diversidad. En este film, además de mostrar el poder de la diversidad de razas, mostró cómo una persona con una discapacidad, que dependía de una silla de ruedas para su movilidad, se le da la oportunidad de pilotar un avatar (¿teletrabajar?). Es decir, Cameron anticipó que, si a una persona se le permite trabajar con su capacidad, su inteligencia y su perspectiva, desde un entorno adaptado, podrá aportar una visión y experiencia de vida únicas para el bien de la organización.
“En un espacio laboral, de equipo, como en la película Avatar, la diversidad, entendida como personas con diferentes formas de ver la vida, conocimientos o capacidades cobra su auténtico valor. No hay sesgos. Es este concepto de diversidad el que proporciona a las organizaciones alas competitivas”, expresa Óscar Velasco, socio de OLIVIA, especialistas en transformación organizacional.
En términos globales, la Fundación Adecco señala que tres de cada cuatro jóvenes con discapacidad no tiene trabajo, y lo peor de todo es que ya han dejado de buscarlo. “¿Qué pasaría si ofrecemos a estos jóvenes la opción de trabajar desde sus casas, en entornos que ya están especialmente adaptados para ellos?”, formula Velasco, considerando que durante el año de pandemia ya aprendimos a teletrabajar.
“Animémonos a entender el teletrabajo como una oportunidad para potenciar el acceso de todos estos jóvenes al mercado laboral. No para buscar subsidios, sino para aprovechar el conocimiento de estas personas, su experiencia y su visión y crear un valor diferencial en un mundo que, hoy, premia la innovación, la agilidad, la adaptabilidad. Este equipo humano estará altamente motivado para afrontar cualquier desafío. Esto no sólo favorecerá el éxito de nuestros proyectos, sino que también aumentará el compromiso de nuestros trabajadores, al sentir que su empresa desarrolla una cultura inclusiva con aquellos, quienes, por nacimiento o por circunstancias de la vida, no pueden tener las mismas facilidades que el resto”, agrega.
En Chile la pandemia frenó el énfasis que se le estaba dando a la inclusión laboral. Así lo indican datos de la Dirección del Trabajo (DT): al 31 de octubre de 2020, sólo 2.051 empresas del país declararon cumplir con la Ley 21.015, de Inclusión Laboral, que obliga a las empresas con 100 o más trabajadores a reservar el 1% de sus cupos a trabajadores con discapacidad o asignatarios de una pensión de invalidez. Y al cierre del año 2020, de los 25 mil nuevos contratos de trabajo que se esperaban para este segmento laboral, sólo se materializaron 9.157, según la DT.
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Desde OLIVIA incentivan a las empresas del país a que este año vean el “efecto Ávatar” de la pandemia, en el sentido de observar la oportunidad que se presenta y actuar a favor de la cultura inclusiva. “La batalla contra la Covid-19 nos ha dejado inesperados aprendizajes. Entre los principales, el entender que hoy ya no existen barreras físicas para aprovechar todo el talento disponible. La cultura inclusiva es nuestro invitado especial (…) Tampoco olvidemos el efecto que esta estrategia tendrá en nuestros proveedores, colaboradores y clientes, mostrándonos como una empresa humana, dinámica y orientada a las personas. Otra parte importante de tener una cultura inclusiva no es sólo contar con personas con discapacidad, sino tener un plan de carrera que fomente que este equipo humano pueda alcanzar puestos directivos”, dice Óscar Velasco.
Finalmente, el socio de OLIVIA concluye el tema con una reflexión: “debemos entender la discapacidad como nuestra incapacidad para entender que todos tenemos capacidades diferentes”.