El destacado escritor y diplomático chileno Jorge Edwards, una de las plumas más relevantes de la lengua española del siglo XX, falleció este viernes a los 91 años en Madrid, España, informan distintos medios chilenos y españoles.
Fue el hijo del escritor quien confirmó su deceso, tras regresar a su casa después de pasar un tiempo en el hospital.
Con su fallecimiento se va uno de los últimos escritores de la famosa Generación del 50, que compatió con Enrique Lafourcade, José Manuel Vergara, Armando Cassigoli y Claudio Giaconi, entre otros.
Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas, y ha recibido las más prestigiosas distinciones, tanto por su carrera literaria como por su trayectoria diplomática, siempre comprometida con la democracia, la libertad y los derechos humanos.
Laureado con el Premio Nacional de Literatura en el año 1994 y el Premio Cervantes en el año 2000, considerado el Nobel de la literatura hispanoamericana, desde niño Jorge Edwards gran inclinación por las letras.
Se educó en el colegio San Ignacio de Loyola, donde tuvo por profesor al Padre Alberto Hurtado. Terminada la enseñanza escolar, Jorge Edwards estudió Derecho en la Universidad de Chile, pero no ejerció pues optó por seguir su vocación literaria.
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Fue autor de numerosos cuentos, novelas, ensayos y memorias, además de columnista en distintos diarios del mundo.
En 1952 publicó su primer libro llamado El patio, un volumen de cuentos, el cual tuvo buenas críticas.
Aunque Edwards se consagró como escritor con sus novelas. La primera fue El peso de la noche publicada en 1965, donde abordaba una temática que se repite mucho en sus obras. Acaso su mayor obsesión: la decadencia. En este caso, de una familia de clase media. Eso y la política siempre estuvieron en sus obras.
Desde ahí, Edwards fraguó una carrera cimentada con novelas notables, como Los convidados de piedra (1978) El museo de cera (1981), El sueño de la historia (2000),o La casa de Dostoievsky (2008).
En cuanto a la diplomacia, ocupó diferentes puestos, entre 1957 y 1973, siendo primer secretario en París, consejero en Lima, encargado de Negocios en La Habana y ministro consejero en París.
Bajo este contexto el gobierno de Salvador Allende lo envió en misión especial para reinstaurar las suspendidas relaciones diplomáticas entre ambos países. Sin embargo, las cosas no funcionaron debido a que Edwards apoyó a los intelectuales disidentes del régimen castrista. Eso bastó para que el barbudo líder lo declarara “persona non grata”. Por supuesto, Edwards no se quedó quieto y publicó el libro Persona non grata, en 1971, basado justamente en esa experiencia.
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Dicho libro fue la primera crítica de un intelectual latinoamericano al régimen cubano, y hoy un clásico en su género.
Tras el golpe de Estado en Chile, en 1973, se marchó a Barcelona, España, donde trabajó en distintas editoriales. Una vez recuperada la democracia, fue embajador ante la Unesco, entre 1994 y 1997, siendo presidente del Comité de Convenciones y Recomendaciones, ocupado de los derechos humanos.
En tanto, en 2010, fue nombrado embajador de Chile en Francia por el entonces Presidente Sebastián Piñera. Ese mismo año obtuvo la ciudadanía española.
Quizás esa misma fibra de vincular la escritura y lo político lo llevó a ser amigo de Pablo Neruda. Al que le realizó un retrato personal en adiós poeta.
Por último, cabe destacar que en 2013 publicó el primer tomo de sus memorias, «Los círculos morados».
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